La realidad genérica cinematográfica en Japón es diversa a la americana, y por lo tanto supone una novedad a los ojos del espectador.
Dentro de los géneros japoneses existe una modalidad, como es el caso de Jidaigeki que se acomoda con lo que podríamos denominar el cine histórico. Estas películas se suelen situar durante el Japón Feudal, y se diferenciaban del Gendageki en su tiempo y creación.
Este género poseyó un gran desarrollo y especialización. Pronto la industria cinematográfica japonesa se dividió en dos centros creativos especializados. Por un lugar estaba Tokio y en el otro estremo Kioto. La capital imperial (Kioto) se especializó en la realización cinematográfica de Jidaigeki.
Este género poseía multitud de formas, más allá de las películas de samurais, que en realidad se denominan Chanbara. Existen muchas obras que se alejan de los enfrentamientos épicos de samurais, y se acercan a un época más deprimente y menos basada en el honor, como es el caso de "Humanidad y Globos de Papel".
La industria localizada en Kioto poseía las características productivas precisas para que se pueda considerar que existe un género cinematográfico, por lo que estamos hablando de una gran producción. No obstante durante la guerra, así como posteriormente, muchas de estas obras desaparecieron o sufrieron censura.
El Jidaigeki fue en género prohibido tras la derrota japonesa, no obstante una vez que el gobierno americano se retiró, la producción se reactivó entrando en lo que podríamos denominar una época dorada, promovida en gran medida por las obras de autores de gran prestigio, no sólo nacional, sino también internacional.
En estos años se producen las obras de Akira Kurosawa, así como algunas de la sobras más relevantes de Kenji Mizoguchi quien con su muerte en 1956 dejaría al género sin uno de sus mayores estandartes.
No se trata de un género olvidado, y muchos directores modernos poseen su obra de Jidaigeki, como puede ser el caso de Kitano o Takeshi Miike, entre otros.
Es un género que brilla con luz propia que nos traslada en el tiempo, mostrando los pilares de lo que hoy es el Japón actual, y traspasando las fronteras japonesas, influenciando a numerosas obras occidentales, sobretodo westerns.
Por Iván Rodríguez
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