La presidenta brasileña, Dilma Roussef, ha pospuesto el viaje a Japón que tenía previsto para la próxima semana para poder hacer frente a las crecientes protestas que se están produciendo en su país por el gasto excesivo que Brasil está haciendo para albergar el Mundial de fútbol el próximo año.
Roussef anunció su decisión de manera oficial el jueves. Se esperaba que la presidenta brasileña viajara a Japón el próximo miércoles.
Las protestas han comenzado este mes y se han extendido por todo el país desde entonces.
Los manifestantes quieren que el Gobierno dedique más dinero a las áreas de bienestar social y educación y menos a la construcción de estadios de fútbol.
El miércoles, los alcaldes de Sao Paulo y Río de Janeiro decidieron anular la subida de las tarifas de autobús y metro. Este posible aumento fue lo que desencadenó las protestas.
Sin embargo, el día siguiente no parecía que los ánimos fueran a calmarse.
El jueves, unas 800.000 personas salieron a la calle en puntos de todo el país. En la capital, Brasilia, la policía utilizó gas lacrimógeno contra un grupo de manifestantes que intentó asaltar el Congreso y el Ministerio de Asuntos Exteriores
Fuente: NHK
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