Es la primera vez que unas directrices de seguridad atómica obligan a las compañías eléctricas japonesas a prepararse para posibles accidentes nucleares graves.
Según estas nuevas directrices, las compañías eléctricas deben establecer un centro de control de emergencia resistente a terremotos y a los efectos de la radiación. Asimismo, deben instalar conductos de ventilación para los reactores de agua en ebullición, los mismos que los de la dañada central nuclear Fukushima Uno. Estos conductos están diseñados para que se libere la presión en los recipientes que albergan los reactores al mismo tiempo que se limita la emisión masiva de sustancias radiactivas.
Además, las empresas tendrán que sustituir los cables eléctricos por cables no inflamables antes de que sus centrales comiencen a funcionar de nuevo.
Fuente: NHK
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