Desde el viernes está en funcionamiento una línea ferroviaria que une el Lejano Oriente ruso con el noreste de China. Es un trayecto de 30 kilómetros entre Majalino, en la costa rusa, y la ciudad china de Hunchun, en la provincia fronteriza de Jilin.
Los dos países están separados por una línea fronteriza de 4.000 kilómetros que, del lado ruso, se corresponde con las regiones del Lejano Oriente y Siberia.
Hasta ahora, Rusia, con la intención de proteger su sector manufacturero, había mostrado recelo a abrir la frontera y limitado a dos líneas las conexiones por tren entre los dos países. Esta tercera línea, según los analistas, es un reflejo de la política del presidente Vladimir Putin de centrarse en la región asiática.
Japón también ha mostrado interés en esta nueva vía, ya que podría permitir acortar el plazo de entrega de mercancías entre la región japonesa bañada por el mar de Japón y el noreste de China.
Fuente: NHK
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