En Filipinas, dos meses después del tifón que devastó una zona del centro del país la gente sigue sufriendo las consecuencias de la tragedia.
Unos 4 millones de personas siguen alojadas en refugios y dependen de la ayuda humanitaria. Esta situación se debe en parte al retraso de los proyectos gubernamentales de construcción de viviendas temporales.
La ciudad más afectada por el paso del tifón Haiyan fue Tacloban, en la isla de Leyte. La escuela primaria más grande de la zona recuperó el ritmo normal de clases el martes. Sin embargo, las lecciones se tienen que llevar a cabo en tiendas de campaña fuera de la escuela, ya que dos terceras partes de las aulas siguen sirviendo de refugio para los damnificados.
El tifón, además de vientos huracanados y lluvia, provocó olas de más de siete metros que arrasaron parte del litoral. Las autoridades cifran en unas 8.000 personas el número de muertos y desaparecidos.
Fuente: NHK
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