Antes del desastre atómico ocurrido en marzo de 2011, la gente solía congregarse en la primavera bajo unos 500 cerezos en flor en una avenida de dos kilómetros y medio de longitud en la ciudad de Tomioka, prefectura de Fukushima.
Los damnificados, que cuentan con un permiso para entrar durante el día en algunas zonas de acceso prohibido, están acudiendo en sus vehículos a algunas partes de la calle y sacando fotografías de los cerezos en flor.
Un hombre de 63 años de edad que vivía en Tomioka expresó su deseo de que los árboles sobrevivan y continúen echando flores sin importar si los residentes pueden regresar o no a la ciudad.
Fuente: NHK
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