El lunes, coincidiendo con el equinoccio de otoño, supervivientes del desastre de 2011 en el noreste de Japón visitaron las tumbas de sus seres queridos. Ese día, que es festivo nacional en el país, los budistas suelen acudir a los cementerios para orar por las almas de sus antepasados.
En la ciudad costera de Ofunato, en la prefectura de Iwate, 414 personas perdieron la vida.
Un hombre declaró que su sobrina, que era enfermera, falleció cuando ayudaba a los pacientes de un hospital a abandonar la zona, y añade que ojalá algún día se logre reconstruir totalmente la ciudad.
Fuente: NHK
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