"Memorias de un inquilino", también conocida en España como "Historia de un vecindario" es una película de 1947, dirigida por el genio japonés Yasujiro Ozu.
Película dirigida por Ozu y estrenada poco tiempo después del final del conflicto de la Segunda Guerra Mundial. La pelícla retrata la dificil situación que vive la población civil en un país en pleno proceso de reconstrucción.
Esta situación dramática es acompañada de una trama cómica basada en la relación entre los dos protagonistas de la misma.
La historia no narra la relación entre una mujer y un niñoperdido, relación que con el paso del tiempo se va afianzando. esta relación está construida a partir de la combinación de drama y comedia, no exisitiendo un predominio de ninguno.
Tenemos que tener el tranfondo dramático sobre el que se sustenta la película, basado en la complicada situación que atraviesa la sociedad japonesa en esos momentos.
Ozu nuevamente recurre a su lenguaje característico para traernos una obra sublime en esos primeros años de post-guerra. Una película entrañable que llegará a los corazones de los espectadores.
Por Iván Rodríguez
Película dirigida por Ozu y estrenada poco tiempo después del final del conflicto de la Segunda Guerra Mundial. La pelícla retrata la dificil situación que vive la población civil en un país en pleno proceso de reconstrucción.
Esta situación dramática es acompañada de una trama cómica basada en la relación entre los dos protagonistas de la misma.
La historia no narra la relación entre una mujer y un niñoperdido, relación que con el paso del tiempo se va afianzando. esta relación está construida a partir de la combinación de drama y comedia, no exisitiendo un predominio de ninguno.
Tenemos que tener el tranfondo dramático sobre el que se sustenta la película, basado en la complicada situación que atraviesa la sociedad japonesa en esos momentos.
Ozu nuevamente recurre a su lenguaje característico para traernos una obra sublime en esos primeros años de post-guerra. Una película entrañable que llegará a los corazones de los espectadores.
Por Iván Rodríguez
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