Mientras que el cine en China lleva mucho tiempo regulado por la censura, el cine de Hong Kong tiene una mayor libertad creativa que les ha llevado a la creación de unas películas de terror más interesantes.
A pesar de la crisis en la que están inmersa el cine hongkonés desde 1995, dos tendencias han sabido mantenerse: el cine de triadas y el cine de terror.
La tradición del cine de terror chino tiene sus orígenes en los años 30, pero la mayoría de las películas eran romántico-góticas. En los 70, los Estudios Hammer de Inglaterra, colaboraron con la compañía Shaw Brothers (funfada en 1958) para hacer un cine más sangriento a partir de la co-producción de Legend of the Seven Golden Vampires (Kung Fu Contra los Siete Vampiros de Oro), del año 1974, dirigida por Roy Ward Baker y Cheh Chang. La visión de la vida detrás de muerte es tan natural en Hong Kong debido al budismo, que para causar terror se tuvieron que centrar más en la putrefacción del cuerpo que en el miedo a la muerte. Los hermanos Shaw mantuvieron esta tendencia gore durante los 70 y principios de los 80. En 1987, Tsui Hark le sacó más jugo a las películas románticas de fantasmas con A Chinese Ghost Story. De este modo, estas dos tendencias dentro del cine de terror, coexistieron hasta principios de los 90.
A principios de los 80, las películas de los hermanos Shaw se fueron volviendo cada vez más brutales, en un intento de conseguir más público, hasta que se llegó a un punto de no retorno en los 90.
En 2002, la historias románticas hongkonesas de fantasmas dieron un giro debido a la influencia de El Sexto Sentido y The Ring, principalmente.
Por Laura Aransay
Fuentes:
Senses of cinemaJudex
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