martes, 4 de diciembre de 2012

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Esta película fue un intento de repetir el éxito alcanzado anteriormente por "Tigre y Dragon", es una de las películas del género wuxia que se vuelven a producir en la industria de la china continental.



Esta obra estaría incluida dentro de esa cuarta (o quinta) vía de la industria china. Se trata de una superproducción enfocada sobretodo al mercado extranjero más que al consumo interno.

Producida en 2002, la película fue dirigida por uno de los directores chinos con más prestigio internacional Zhang Yimou, quien con esta película optaría a diversos premios internacionales, entre ellos el Oscar y Globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa.

La cinta nos remite a la época del Rey Qin, primer Emperador de China. En ella se presenta como el resto de monarcas pertenecientes a los 7 reinos intentan asesinar al Rey Qin, para lo cual contratan a una serie de asesinos. Qin promete una serie de beneficios y privilegios a quien acabe con estas amenazas.

Un día llega un guerrero con las armas de los asesinos, lo que despierta la curiosidad del monarca por oír su historia.

Se trata de una película histórica perteneciente al género Wuxia, y con todas las características que este presenta (tramas enfocadas a la lealtad, el amor, las intrigas, etc.). Los combates que en ella se presentan posee los parámetros que este tipo de películas vienen repitiendo tras el éxito internacional y indiscutible de "Tigre y Dragón".

Pero sin duda lo que más sobresale de esta obra es su cuidada fotografía, capaz de jugar con la luz y la oscuridad. La saturación de los colores en determinadas escenas para conferirle un ambiente más poético, o el monocronismo de la sala del trono, son algunos ejemplos de una obra que visualmente es sublime.

La fotografía hace que el espectador se rinda ante las imágenes  cuidadas y llamativas para el ojo, dejándose llevar hacía lo profundo de una historia, interesante, que juega con la narración y los puntos de vista, como en su día hizo Kurosawa en "Rashomon".

Toda una superproducción perfectamente orquestada y con una puesta en escena perfecta que permitirá al espectador dejar seducirse por sus imágenes e historia.


Por Iván Rodríguez

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