La película nos traslada en el tiempo hasta el periodo de Edo. El protagonista es un samurai encargado de catar la comida del shogun, pero un día sucede un accidente que cambiará su vida para siempre.
Una película que ahonda en los aspectos del amor y el honor, encarnados en la joven pareja del samurai protagonista, en lo más alto en un momento e inservible al otro. Un drama que nos aleja de las opulentas batallas de las películas ambientadas al final del shogunato de los Tokugawa.
Una película que nos sumerge en el concepto del honor en una época en la que este concepto lo representaba todo, una época donde el honor y los convencionalismos sociales marcarían las relaciones personales y sociales.
Un cierre sublime para la triología de Yamada que va más allá de realizar películas sobre samurais, sino que realiza una saga sobre las personas y sus sentimientos, un broche magnifico para una obra que reinventa el concepto de samurais, alejándonos de las tradicionales películas del género.
Por Iván Rodríguez
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