jueves, 27 de diciembre de 2012

Relato: Inverno Blanco (Cont. IV)


¿Cómo podía ser que su marca hubiese desaparecido? No podía comprenderlo, no era factible, ¿qué estaba pasando allí? Mi cara empezó a tornarse blanca, pálida..., empezaba a encontrarme mal, mi visión se nublaba... ¿Qué me pasaba? Me aparté de Yoshihiro y me dirigí hacia el centro de la ciudad...


Todo bailaba a mi alrededor, la gente se acercaba y me hablaba, pero no era capaz de oír nada, me seguía moviendo arrastrándome por las paredes hasta que al final me desplomé en el suelo. No sé por cuánto tiempo estuve sin conocimiento, pero cuando me desperté allí estaba ella, mirándome fijamente.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, la misma sensación que sentí cuando huí de su casa. Me arrastré por el suelo para alejarme. Ella se levantó y giró su cabeza hacia donde me encontraba, con su gorro tapaba sus ojos, pero aún así seguía sintiendo como me clavaba su mirada. Mi cuerpo se entumecía y no me respondía, el miedo había engendrado un ser autómata a partir de mi cuerpo.

- ¿Ya estás mejor? (Me dijo ella)

Asentí con la cabeza, ya que de mi boca era imposible articular alguna palabra.

- Me alegro. (Sonrió)

En ese momento se giró y comenzó a marcharse, pero pude oír como susurraba

- Los jóvenes pajaritos tienen que cuidarse, para que cuando crezcan sean un buen festín.

Vi como la mujer se confundía entre la multitud. Esperé un rato antes de salir a la calle, revisé que no se encontrase cerca, y comencé a correr hacía mi casa. Nada más llegar cerré todas las ventanas y puerta, y me oculté dentro de un armario.

Pasaron las horas y no me moví de ese lugar hasta que mi madre volvió a casa. Nuevamente esa noche no pude dormir, sólo podía pensar en ella.

A la mañana siguiente el padre de Yoshihiro vino hasta casa. Quería hablar conmigo, ya que Yoshihiro y su madre no se encontraban en su casa cuando llegó la pasada noche. Al no tener noticia, decidí salir a buscar a Yoshihiro... Tal vez aquella mujer lo tuviera retenido.

Me dirigí hacia la casa de la mujer, pero antes de llegar me encontré a Yoshihiro en la calle. Le pregunté dónde había estado y me respondió que se había quedado dormido bajo un árbol cerca del río, a las afueras de la ciudad.

Cuando llegamos a su casa, su padre le reprimió seriamente, y le mandó permanecer en el hogar por si su madre volvía mientras él salía a buscarla. No se muy bien el motivo, pero decidí permanecer junto a Yoshihiro. No pasaría ni una hora cuando llamaron a la puerta.

Era la policía, habían encontrado a su madre, o mejor dicho, lo que quedaba de ella. Al parecer la habían encontrada en el río flotando, le habían arrancado el corazón y por el momento no lo habían encontrado.

No me cabía ninguna duda, había sido ella. Le había arrancado el corazón y había tirado el cuerpo de la madre de Yoshihiro al río. Pero..., ¿cómo demostrarlo? No había otra opción, tendría que colarme nuevamente en su casa.

Por Yohiroshi

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