Esta película supone la unión de dos de los autores más relevantes en sus ámbitos, Shakespeare y el maestro Kurosawa.
"Trono de Sangre" es la adaptación de Macbeth trasladada al Japón Feudal. La película cuenta con el estilo narrativo y visual propio del genio Kurosawa, que en un ejercicio de acercar mundos, adapta a uno de los principales escritores occidentales de todos los tiempos, situando su obra en el Japón Feudal.
Esta obra puede considerarse un ejemplo de lo que sería la carrera de Kurosawa como director cinematográfico, ya que su estilo se sitúa entre ambas culturas cinematográficas, tomando aspectos de todas ellas para producir un lenguaje propio.
Esta obra cuenta nuevamente con la participación Toshiro Mifune, uno de los actores recurrentes en la filmografía de Kurosawa.
La historia, mundialmente conocida, muestra elementos propios de la cultura cinematográfica japonesa, como las históricas cíclicas, así como elementos adaptados a su cultura, como el fantasma que pronostica el futuro de los protagonistas.
La obra no alcanza la calidad de las obras maestras del director como "Los Siete Samurais" o "El Infierno del Odio", no obstante se trata de una obra que refleja perfectamente el estilo del director, y las habilidades en la dirección de Kurosawa hacen de ésta una obra entretenida y con una gran calidad. Y es que a pesar de no ser su obra maestra, se trata de una de las (numerosas) grandes películas del director.
Por: Iván Rodríguez
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