El melodrama, tiene su origen en la Antigua Grecia. Más que un género en sí, podría considerarse una forma de contar que se presenta en conjunto con otros géneros. De este modo, se presenta en casi toda la cinematografía.
En sus orígenes, el melodrama era una obra teatral en la que se combinaban los pasajes sentimentales con la música instrumental. En la actualidad, sin embargo, lo que se busca es hacer que el espectador se identifique con los sentimientos de los personajes y sufran con ellos. Para lograr este objetivo, cualquier argumento es válido.
Los melodramas se caracterizan por hacer una clara distinción entre el bien y el mal; la vida y la muerte. Las situaciones que ocurren son límite, a veces exageradas, y los personajes y sus comportamientos son, en su mayoría, irracionales.
Según la opinión de Alfred Hitchcock, resulta más importante para hacer una película de éxito crear un villano cuanto más logrado, mejor, ya que el público se siente más fascinado por el vicio en estado puro que por la virtud extrema.
Por Laura Aransay
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