Se atribuyen a "la viuda fantasma" las misteriosas muertes ocurridas en un pueblo de Tailandia

Según los habitantes de Tambon Tha Sawang, un pequeño pueblo al noreste de Tailandia, están siendo objeto de ataques paranormales por parte de la que ellos llaman “la viuda fantasma”. Según afirman, solo se cobra la vida de los hombres sanos. Ya han ocurrido, al menos, diez muertes inexplicables en dicho pueblo.

Los lugareños contrataron los servicios de una médium para poder hacer frente a los extraños fenómenos que traen consigo la muerte. El periódico Bangkok Post, reveló que los médicos forenses, después de realizar las autopsias, afirmaron que todas las víctimas estaban completamente sanas y que no tenían ningún tipo de enfermedad, pero que habían muerto de insuficiencia respiratoria. La médium contratada recomendó a todos los aldeanos que colgaran una camisa roja en el exterior de sus casa para repeler al espíritu maligno. Además la médium dijo que "la viuda fantasma” o “pee mae mai" (como se conoce en tailandés al síndrome de la muerte súbita inesperada)”, era la responsable de las misteriosas muertes y que seguirá haciéndolo. Además, advirtió que las familias con un solo hijo tenían una mayor probabilidad de recibir la visita de “la viuda fantasma”.

Para ser que el temor se ha extendido a otros distritos como a Chom Phra y Tha Tum y ya no solo atormenta a este pueblo.

Un aldeano de 61 años de edad, se mostraba un poco escéptico, pero había decidido hacer caso a la médium por precaución: “La razón por la que he colgado una camisa roja no es por mis ideas políticas, es porque realmente estoy preocupado por la seguridad de mi sobrino. No creo necesariamente en la historia del fantasma, pero por tener un poco de precaución no hace daño a nadie”, dijo. 

Otro hombre de 42 años, dijo: “Algunos de los hombres que murieron no tenían ninguna enfermedad, estaban perfectamente sanos. Cuando me enteré de lo que estaba pasando me estremecí, yo respeto las creencias de las personas y yo también he puesto una camisa roja en mi puerta”.

Fuente:

El Intransigente