Esta película no se trata de una historia original, sino que es una adaptación del clásico de la Sirenita, de quien Disney también realizó en su día una adaptación, que marca el inicio de la segunda edad de oro de la compañía.
En el momento de su estreno se ha querido presentar la obra como un intento de retomar las relaciones con su hijo, y también como un reto del propio Miyazaki, quien ha manifestado en varias ocasiones que uno de los elementos más complicados de animar es el mar.
La historia nos cuenta como Ponyo conoce a Sôseke siendo una pequeña sirena y decide escapar de su hogar en el mar para poder re-encontrarse con él. En su huida afecta al control del mar, lo que producirá una serie de inconvenientes.
La relación entre ambos niños no es posible, por lo que el padre de Ponyo intenta impedir que esta se acerque al niño y mantener las cosas como hasta este momento.
Se trata de una película delicada, realizada con cuidado y con una historia tierna, acompañada de un dibujo que resalta las cualidades de la misma, una fábula que hará las delicias de los más pequeños, y los que no lo son tanto arrastrados por un poderío visual y narrativo increíble.
La obra habla de la madurez y del retorno a la niñez, de la añoranza de los tiempos pasados gracias a la introducción en la historia de la residencia de ancianos. Dos edades diferentes pero un mismo camino, el de la vida.
Tierna y delicada, es sin duda uno de los clásicos modernos del estudio.
Por: Iván Rodríguez
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