Unos ladrones de arte profesionales de Corea del Sur, robaron en octubre de 2012 dos estatuas de las dinastías de Silla (del 57 a.C al 936 d.C) y Goryeo (del 918 al 1392) de unos templos de la isla de Tsushima, en Japón, y las llevaron de vuelta a Corea a través del puerto de Busan.
Estatua de un bodhisattva sentado (a la izquierda) y estatua de Buda (a la derecha) |
Confirmaron que las estatuas eran de origen coreano y organizaron un equipo de nueve personas para cometer el robo. Cada uno de los miembros se especializó en un área diferente: finanzas, robo o transporte.
Otro hombre apellidado Kim, de 50 años, estaba a cargo del equipo e inspeccionó el área antes de llevar a cabo el plan.
El día 3 de octubre, Kim y otros tres miembros del equipo, viajaron a Tsushima desde Busan y tres días más tarde robaron las estatuas y una colección de sutras budistas de los tres templos.
Otros dos miembros se unieron a ellos y abandonaron Tsushima en barco al día siguiente, llevando los objetos robados a Fukuoka, en cuya aduana no se llevan a cabo inspecciones rigurosas. De allí, partieron para Busan el día 8 del mismo mes.
Los ladrones consiguieron pasar las aduanas en Corea porque declararon que las estatuas eran falsificaciones y que tenían una antigüedad inferior a los cien años. Al ser examinadas allí, estaban cubiertas de suciedad y óxido, por lo que consiguieron pasar por estatuas falsificadas. Nada más lejos de la realidad; en Japón son consideradas como propiedad cultural importante y poseen un valor de billones de wones.
Lo único que requieren las normas para antigüedades que tengan menos de un siglo, es que se paguen unas tasas, por lo que los ladrones pudieron entrar con ellas al país sin problemas.
Una vez en Corea, los ladrones guardaron los objetos robados en una zona de almacenaje en Masan, en Gyeongsang del Sur.
Una de las estatuas de Buda, mide 45 centímetros y ha sido datada del siglo VIII, durante la época de la dinastía de Silla Unificada. En 1974, Japón se la llevó a Tsushima, en la prefectura de Nagasaki. En aquel momento, se tasó la estatua por 100 millones de yenes.
Un experto del Museo Universitario de Dong-A dijo que la estatua es representativa de la dinastía de Silla Unificada, pero es una obra poco común, ya que las estatuas de aquella época solían medir de 20 a 30 centímetros.
La segunda estatua es un bodhisattva sentado que data del 1330, aproximadamente, durante la época de la dinastía Goryeo, y los expertos le conceden un valor superior a la anterior.
En Corea se perdió la pista de las dos obras, así que no se sabe cuándo se las llevaron los japoneses.
En Corea se perdió la pista de las dos obras, así que no se sabe cuándo se las llevaron los japoneses.
El 17 de diciembre, el gobierno de Japón informó a Corea del robo y pidió ayuda para recuperar las estatuas. Fue entonces cuando la policía coreana y la Administración de Patrimonio Cultural empezaron a buscar a los ladrones, y cogieron a Kim y a los demás mientras intentaban vender las estatuas.
La policía ha arrestado a cuatro de los implicados, pero están aún buscando al resto de los cómplices.
Los objetos están ahora bajo la custodia de la Administración de Patrimonio Cultural.
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Hola Stella. La fuente de la noticia viene escrita. No obstante nosotros siempre comprobamos la fiabilidad de las noticias, además de tener en cuenta la seriedad de los medios donde aparecen.
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Quizás también podría servirte esta otra: http://fuhimi.blogspot.com/2013/01/tesoros-del-arte-coreano-encontrados-en.html
ResponderEliminarSaludos.