Las familias de 173 víctimas en la localidad de Namie, cerca de la central, arguyeron que habían sufrido un trauma ya que el accidente nuclear había hecho imposibles las operaciones de búsqueda y rescate durante más de un mes.
Según el esquema mediado por el Gobierno japonés, la compañía eléctrica TEPCO pagará un máximo de alrededor de 6.000 dólares por cada víctima.
Inicialmente, las familias habían demandado que la empresa pagara una compensación de 110.000 dólares por cada víctima.
Morihisa Kanouya, quien perdió a su esposa en la catástrofe, lidera al grupo de familiares de los fallecidos.
Kanouya afirmó que tanto él como otros miembros del grupo sintieron que no habían tenido otra alternativa que aceptar la liquidación. Agregó que esto no pondría fin a su dolor.
Fuente: NHK
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