La obra producida por Netflix, se basa en un manga de Shinki Kawabata en el que se nos presenta la situación de intercambio de cuerpos.
Si bien la trama no es nueva, por ya existen varias obras en las que se muestra el intercambios de cuerpos, la situación es algo diferente. En esta ocasión no se basa en un intercambio entre un chico y una chica (situación bastante habitual para este temática) sino que se producirá entre una chica popular y una chica marginada. Como muchos lectores ya intuirán, a diferencia de la mayoría de las producciones de esta índole, el tono cómico no será el predominante, pues no en vano la historia intentar hablar del aislamiento que padecen algunas personas en su etapa estudiantil.
Precisamente, este es uno de los principales puntos de diferencia, y al mismo tiempo uno de los grandes inconvenientes de la producción. La producción no ahonda en los problemas sociales y el aislamiento que pueden padecer estar personas, es más, llega a culpar del mismo a la personalidad de las personas, aspecto que se hace mas visible según avanzan los episodios. Pasan de mostrarnos una vida complicada que podía estar produciendo este aislamiento, a culpar a la persona de generar este ambiente por su personalidad particular.
En este aspecto, la serie fracasa y se aleja de producciones que han tratado esta temática desde un punto de vista mas acertado, como por ejemplo la serie japonesa "Life" de 2007.
De la misma forma, la serie nos muestra un trío amoroso, muy en línea con las obras shôjo en la que se englobaría el manga original, historia que no termina de despegar en ningún momento, en gran medida ya que la trama no se llega a consolidad al desviar la atención hacia una supuesta conspiración por una parte de este trío con la antagonista de la obra.
Esta conspiración, que es la que sustenta la mitad de los episodios, tampoco terminará de asentarse, posiblemente por la velocidad acelerada en la que se muestras las tramas en los escasos episodios que componen la obra original.
Por último, el mayor fallo posiblemente se trata de una antagonista que no termina de despertar ni pasión ni odio, sino que según pasan los minutos, la misma empieza a entrar en un circulo vicioso de paranoia que favorece la visión de culpabilidad del personaje, por lo que se sitúa mas cerca del ámbito de la indiferencia, lo que produce que la obra pierda uno de los elementos que más podría favorecer a la producción.
A pesar de todos estos puntos negativos, y en gran medida favorecido por su corta duración, la serie no cae en la repetición por lo que su visionado es fácil, y no se hace pesado, por lo que si no se ponen unas expectativas muy altas, es una buena opción para pasar el rato
Por: Iván Rodríguez
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