Masao Yoshida, exdirector de la central nuclear Fukushima Uno, murió el martes en un hospital de Tokio a los 58 años, tras sufrir un cáncer de esófago.
Yoshida estuvo al frente de los esfuerzos para poner los reactores de la planta bajo control tras el accidente de marzo de 2011. En tres de ellos se produjo una fusión del núcleo después de que se cortara el suministro eléctrico por el potente terremoto y tsunami.
En noviembre de 2011, Yoshida declaró a la prensa que creyó que iba a morir en varias ocasiones durante la primera semana tras el accidente. Señaló que se esperaba lo peor cuando se dieron las explosiones de hidrógeno en los reactores 1 y 3, y cuando su equipo no logró inyectar agua en el reactor número 2.
En diciembre de ese mismo año, Yoshida dejó su cargo, ya que se le diagnosticó cáncer de esófago.
La firma propietaria de la planta, la Compañía de Electricidad de Tokio, niega que el cáncer de Yoshida fuera provocado por la exposición a la radiación.
Ejecutivos de TEPCO afirman que Yoshida estuvo expuesto a unos 70 milisieverts de radiación desde el momento del accidente y hasta su renuncia. Sostienen que para desarrollar cáncer de esófago tendrían que pasar al menos cinco años desde la exposición a la radiación.
Fuente: NHK
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