En el noreste de Japón, un tribunal ha sentenciado a un jardín de infancia y a su director a pagar más de 1 millón 700 mil dólares en concepto de daños por la muerte de varios niños en el tsunami de 2011.
Cinco pequeños perdieron la vida cuando el autobús que los llevaba a sus casas desde un jardín de infancia en la ciudad de Ishinomaki, en la prefectura de Miyagi, fue arrastrado por la gran ola del once de marzo de 2011.
Tras el desastre, los familiares de cuatro de los niños fallecidos presentaron una demanda en el Tribunal de Distrito de Sendai, alegando que el autobús circulaba por una carretera cerca de la costa, y que el jardín de infancia no había tenido en cuenta la seguridad de los pequeños al decidir la ruta.
Los demandados, por su parte, alegaron que era imposible predecir un tsunami de tal magnitud, que solo ocurre una vez cada mil años.
Este martes, Norio Saiki, presidente del Tribunal, ha dicho que el terremoto de marzo de 2011 fue de una magnitud sin precedentes y con sacudidas de tres minutos de duración. Por eso, los demandados tenían la obligación de informarse de la posibilidad de que ocurriera un tsunami a través de la radio y de otros medios antes de permitir que el autobús abandonara el jardín de infancia.
Esta sentencia es la primera que se dicta en relación a varias demandas civiles presentadas por familiares de fallecidos por el tsunami contra escuelas, empresas y otras entidades con poder de decisión en este tipo de desastres.
Fuente: NHK
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