Era imprescindible incluir un título de Jackie Chan entre las reseñas de una semana dedicada a la acción.
El título escogido ha sido "Los Supercamorristas". Nos hemos decantado por esta película ya que la acción se situó en Barcelona.
La película fue una producción conjunta entre Hong Kong y España. En la película encontraremos por lo tanto actores de ambas nacionalidades.
Se trata de un título que posee todas las características de las películas de Chan. Hay que tener en cuenta que Jackie Chan posee un estilo único dentro del género de las Artes Marciales, ya que se encargó de unir este género a la comedia. Esta unión es una de las señas de identidad de las obras de Chan, y esta no es una excepción.
Esta es la primera vez que aparecían juntos Jachie Chan y Benny Urquidez (Ex-campeón de Kickboxing), produciendo una de las mejores peleas hasta ese momento. El resultado resultó satisfactorio, y les llevó a repetir aparejamiento en "Drangons Forever".
No obstante, la falta de experiencia de Urquidez provocaba que Chan recibiese muchas patadas durante la grabación, ya que Urquidez consideraba que el contacto total era lo normal cuando se rodaban escenas de acción.
En la película participó también Sammo Hung, coreografo de artes maricales, guionista y director entre otras facetas. Su papel en "Martial Law" le dio fama mundial. En esta película hace de amigo/socio de Chan (En la vida real son amigos).
Éste se enfrentará a Pepe Sancho en un arte más occidental. Ellos tendrán un duelo de esgrima. El esgrima nace como deporte en España, o eso se piensa a ser en este país donde se encuentran los tratados más antiguos.
De esta forma, en la parte final, se combinan ambos elementos, tanto oriente como occidente, artes marciales y esgrima.
La película es de 1984, y el ambiente ochentero se percibe desde el primer instante. Al rodarse en Barcelona, esos elementos tan característicos de la época, como por ejemplo la moda, se ven acrecentados.
La película estuvo nominada a la mejor coreografía de artes marciales en los galardones de Hong Kong.
Por Iván Rodríguez
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