Científicos de la Academia Sahlhrenska, de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), estuvieron analizando in situ un método extendido en Vietnam para que los bebés sean capaces de controlar sus esfínteres a los nueve meses.
Las madres participantes del estudio iniciaron el entrenamiento con sus bebés desde el momento del nacimiento. La técnica implica en el inicio mucha observación y sensibilidad para identificar los gestos, movimientos y señales que el bebé hace antes de orinar o defecar: “En ese momento, la mujer emite un silbido especial para que su bebé lo recuerde y asocie cuando se lo acerque al orinal. Con el tiempo, se vuelve parte de su rutina ”, dice Anna-Lena Hellstrom, miembro del grupo de investigación. Según los reportes de la observación, los bebés muestran progresos a los 3 meses.
La frecuente recordación mediante el silbido, finalmente, se vuelve rutina y el niño puede esperar a hacer sus necesidades cuando su madre se lo recuerda, y lo coloca encima del orinal.
“Por lo tanto, la evidencia es que el factor que desarrolla el control de la vejiga es el entrenamiento para hacerlo en el orinal y no la edad”, concluye Hellstrom.
Este método tiene importantes ventajas: por un lado, el ahorro en pañales; y por otro lado, el equipo encontró que la capacidad para controlar la vejiga precozmente reduciría el riesgo de infección en el tracto urinario. Sin embargo, los pediatras opinan que aún habría que seguir estudiando el método antes de aconsejar su uso.
Fuente:
El Comercio (Perú)
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